Cómo utilizar el vehículo tras el confinamiento por coronavirus

El confinamiento, la desescalada y la nueva normalidad son términos y situaciones que hemos asumido como consecuencia de la pandemia del COVID-19. Están influyendo en todos los órdenes de nuestra vida y, por supuesto, en la utilización del transporte y del vehículo particular para dirigirnos o bien al trabajo, visitar familiares e incluso, depende de la fase en que estamos para irnos a algún lugar de vacaciones. Es previsible que nuestro coche tras muchos días parado, sin arrancarlo o circular con él mucha distancia no esté en las mejores condiciones para su utilización con un mínimo de seguridad vial.
Aquí van nuestros consejos snovit para utilizar el coche en la desescalada y la nueva normalidad.
A: Revisión visual. Da una vuelta alrededor del coche y comprueba que no haya manchas de aceite en el suelo. Después levanta el capó y también revisa que tampoco existan escapes de aceite y de otros líquidos a primera vista. Mira el estado de correas y manguitos. No te olvides de las ruedas..
B: Desinfectar el interior del vehículo, puertas, volante, salpicadero, alfombrilla, maletero, que no quede rastro del coronavirus si es que lo hubo. Utiliza para las manos líquido desinfectante antes de comenzar.
C: Revisar los frenos y comprobar que no hay fuga ya que son un componente fundamental para la seguridad viaria. Para ello pisaremos el freno durante unos segundos, si mantiene la posición que no hay problema, pero si desciende poco a poco es posible que haya fuga en el líquido o falta de estanqueidad en la bomba. Si es así no utilice el coche y llame al taller para su arreglo. En el taller también nos comprobarían el estado de las pastillas y discos de freno.
D: Comprobar los neumáticos que por su inactividad se pueden deteriorar y ser un peligro para la seguridad. La goma tiene una vida útil y que en muchos casos ha estado expuesta a las inclemencias meteorológicas como frío, agua, sol.
La DGT establece cinco pasos para una buena revisión de los neumáticos tras el confinamiento:
1: Revisión visual por si hay bultos, grietas, deformaciones. Comprobar estado de las válvulas.
2: Comprobar la presión del aire, puede ser que durante ese tiempo haya descendido. Lo puedes hacer en un taller o gasolinera cercana.
3: Desgaste de la hendidura. Recuerda que la medida mínima sería de 1,6 mm.
4. Vibraciones. Cuando un vehículo ha estado mucho tiempo parado sobre el mismo punto las rodaduras del neumático puede aplanarse. Al conducir podemos notar cierta vibración en el volante. Si es así hay que acudir al taller más próximo.
5. Cambio estacional. Es posible que todavía tengamos puestos los neumáticos de invierno, recuerda sustituirlos por los de verano.
E: Comprobar los niveles de los líquidos ya que pueden haber mermado por la evaporación. Revisaremos el aceite, refrigerante para evitar sobrecalentamiento, líquido de frenos, líquido de la dirección asistida y de los limpiaparabrisas.
F: Ver el estado de la batería, quizá el elemento que más se deteriore tras largos periodos sin mover el coche. Si no estaba al 100 % de carga es posible que en 15 días se descargue. Si esto sucede puedes cargarla tú con un cargador que es uno de los artículos más vendidos en esta crisis del coronavirus o llamar al seguro del vehículo para que vengan a cargarla.
G: Revisar escobillas. Se puede haber degradado la goma y no limpiar en condiciones. Antes de todo quita los elementos extraños que se han podido acumular en este periodo de inactividad.
H: Comprobar que todas las luces e intermitentes funcionen, lo mismo que los testigos del salpicadero.
Por último, cuando conduzcamos después de todo ese periodo deberemos seguir las normas de desinfección habituales, limpiarse las manos antes de conducir, pasar desinfectante por el volante, no tocarse la cara, la nariz ni los ojos mientras conduzcamos, si estornudamos poner el brazo y tras finalizar el trayecto volvernos a desinfectar las manos.
Y, como siempre, mucha precaución al volante.
¡Buen viaje!